Ta’aroa y la creación del mundo

Al principio, no había nada. Solo había un huevo llamado Rūmia. En ese huevo vivía yo, Ta’aroa.
Ese huevo era muy pequeño para mi, entonces lo partí y se abrió.
Con el cascarón fabriqué el cielo y fundé la tierra, pero faltaban muchas cosas más.
Entonces comencé por crear al primer dios: Tumu-nui, la roca de la gran fundación que coloqué sobre el mismo lugar que sería llamado Ra’iatea. Enseguida, le creé una pareja: Papa-raharaha, la roca sagrada. Ambos eran necesarios para fabricar el mundo.
Pero esa tarea era demasiado, así que creé otro dios: Tū, el artesano. Él sabía como hacer todo, así que le expliqué lo que quería hacer con el mundo y muy pronto creó las rocas, piedras, el coral y la arena. Entonces yo agregué agua.
Tumu-nui y su esposa Papa-raharaha estaban muy motivados por agrandar el universo, entonces colocaron pilares por todos lados: al frente, atrás, a los costados. El universo se agrandaba y con él las montañas, las rocas se multiplicaban también y los ríos crecieron hasta formar el océano.
Todo era casi perfecto y entonces tuve otra idea: sacudí mis alas para que cubrieran este nuevo mundo y transformaran la tierra en un paisaje verde y frondoso.

Animación de Nyko pk16
Derechos de Polynesie 1er
Traducción al español Reo Tahii México