Vamos a compartir con ustedes una leyenda más, la leyenda de la montaña perforada de Moorea.

Una noche, Hiro (el tramposo) y su banda de ladrones de Raiatea llegaron a Mo’orea para robar el Monte Rotui. Ataron un poco de liana a la cima de la montaña y comenzaron a tirar de ella. Lograron separar esta parte de la isla, como lo demuestra la bahía.

Pai, que estaba en Punaauia, fue despertado por sus padres adoptivos que acababan de ver esta escena en un sueño. Pai se levantó, subió a la colina Tata’a y arrojó su lanza a Moorea. Después de cruzar el mar, perforó un gran agujero en una cumbre conocido desde entonces como Mou’a-puta (montaña rota o perforada).

Continuando su camino como un meteoro, la lanza llegó al sur de Raiatea y se plantó en la cima de una colina que permaneció sangrada desde entonces.

Los gallos de Moorea, despertados por las vibraciones de la lanza, comenzaron a cantar por todos lados, lo que incitó a los ladrones a huir lo antes posible, temiendo el alba.

Sin embargo, Hiro y su pandilla lograron arrancar una colina en forma de cono de las laderas de Rotui, que llevaron a Raiatea y establecieron cerca de la costa de Opoa.

Esta colina todavía está allí. Está cubierta de toa (planta) pequeña y árboles (de hierro), similares a los del Monte Rotui y que contrastan extrañamente con el resto de la vegetación.

Fuente: Contes & légendes de polynésie. (2016). North star Ed. Papeete-Paris.

Traducción: Reo Tahiti México.