En el distrito de Punaauia es una tradición el festival de las naranjas en Junio, el sábado de la apertura de la temporada de esta fruta.

Se realiza un desfile con las naranjas empaquetadas de forma vistosa y muchas otras actividades como ‘ānani ‘upa (exhibición de cantos y danza), incursión ‘ānani (carrera de 10 o 18 km), ‘anani voz (concurso de canto) y se premia por supuesto a los mejores “cargadores” de naranjas!

Esta celebración es única en la isla y se realiza en Punaauia por ser la única comunidad en la que aún quedan árboles de naranja “tumu ‘ānani”. Por lo tanto no cualquier persona puede ir y tomarlos frutos. Deben estar inscritos en una asociación que elige quienes pueden acudir a elegir y portar las naranjas cuesta abajo. Estos naranjos se encuentran en la reserva de Tamanu al fondo del valle de Punaruu, además de las restricciones reglamentarias su acceso es limitado por su ubicación geográfica. Es necesario caminar muchos kilómetros hacía adentro del valle.

Después de las festividades las naranjas se venden a los asistentes y turistas. En este evento se calcula que se recogen entre 4 y 6 toneladas de naranjas. ¡Los participantes de la caminata pueden traer consigo 20 o 40 kilos cada uno!

Además existen algunos premios al mejor amarre de naranjas, a las naranjas más bonitas y también a las naranjas con las formas más extrañas!

Les compartimos con tristeza que este año no se llevará a cabo este hermoso festival para conservar mejor los naranjos. En su lugar se hará una ceremonia este sábado 20 de Junio por la asociación de la protección al valle de Punaruu y la asocaicón Haururu de Papenoo.

Vean este pequeño video del festival de 2016.

La historia de la naranja Punaruu

Toda la historia de la recolección de naranjas comenzó con la llegada de los primeros árboles que el capitán Cook habría importado en 1767. Los polinesios se enamoraron de esta fruta, tanto que las plantaciones les permitieron desarrollar comercio en el siglo XIX, con la exportación de cítricos a California. Pero, atacada por el “virus de la Tristeza“, desde fines del siglo XIX, los naranjos de las llanuras y valles desaparecieron por completo de la isla de Tahití. Solo unos pocos árboles que sobrevivieron a esta enfermedad crecieron en áreas de difícil acceso, como en las mesetas sobre el valle de Punaruu, que lleva el nombre del río que lo cruza. Hoy, los portadores de naranjas están descubriendo que los naranjos se están debilitando y que hay que ir más y más profundamente en el valle para encontrar árboles llenos de cítricos.

Las mesetas de Tamanu, sitios protegidos

Para preservar estos naranjos, el acceso a las mesetas de Tamanu está regulado por la Asociación para la Protección del Valle Punaruu. Cada año, los miembros de la asociación establecen la fecha oficial de apertura de la temporada de naranja, generalmente en la segunda mitad de junio. Antes de este día, nadie puede subir a la bandeja para recoger naranjas. El punto estratégico de la meseta del naranjo es el refugio ‘ānani, ubicado a 300 metros sobre el nivel del mar. Son necesarias tres horas de caminata, comenzando desde el fondo del valle de Punaruu, para llegar al refugio, instalado después de la meseta de Tamanu. Aquí es donde los cargadores se reúnen cada año. Entonces se organiza una verdadera comunidad. Las huellas que conducen a los últimos pies de naranjos comienzan desde el refugio. Algunos cargadores a veces caminan más de 8 horas para ir al pie de su árbol, donde acampan antes de regresar cargados de fruta, al refugio y luego al valle de Punaruu.

Información de http://www.punaauia.pf/, redacción de la primera parte y traducción de la historia de la naranja por Reo Tahiti México.